En Parque de la Esperanza creemos que la verdadera confianza y fe está en Cristo. Hay momentos, sobre todo a fin de año, en que la nostalgia, falta de esperanza o tristeza pueden invadirnos por algún u otro motivo, pero tenemos buenas noticias para quienes se sienten así: hay una verdadera esperanza en Jesús hoy y siempre. Tu lista de preocupaciones puede ser larga, pero el amor y la misericordia de Dios es interminable y permanece para siempre iluminándonos con su gracia para poder sobrellevar las dificultades. Déjanos contarte algunas recomendaciones que pueden ayudarte a mantener una actitud positiva hacia este nuevo año:

Abraza lo diferente, lo nuevo y el cambio. Es probable que el próximo año no sea el mismo al que estás acostumbrado. Conserva lo que puedas, descarta lo que no te sirva y modifica lo que necesites. Encuentra formas de conectarte con los demás, pero también contigo mismo.

Vive el momento. Usa tus 5 sentidos de la vista, el tacto, el oído, el olfato y el gusto, y sumérgete en esta experiencia. Participa en actividades sencillas como cocinar, hacer ejercicios, realizar una caminata al aire libre con atención plena. Consulta con tu cuerpo y observa cualquier sensación que surja en ti. No la juzgues como buena o mala, solo observa y reflexiona sobre ello.

Cuida tus relaciones. ¿Hay alguien en tu vida que consideras que no te está ayudando o aportando? Establece perímetros saludables para ti y minimiza la exposición a estas relaciones difíciles y, si es necesario, considera cuánto acceso tiene esa persona, o si debiera tener mucho. Mereces ser respetado.

Recuerda que la esperanza es un don regalado por Dios. Si crees en Jesucristo y le perteneces, Su gracia y Espíritu Santo están a tu alcance. No tienes que desesperarte. Él te ha dado todo lo que necesitas para vivir en esperanza: “¿Por qué te abates, oh alma mía, y te turbas dentro de mí? Espera en Dios, porque aún he de alabarle por la salvación de su presencia.” (Salmos 42, 5) Digámosle a nuestro corazón acerca del futuro y la promesa que Dios nos hizo.

Estemos atentos aquellos sencillos momentos de alegría en esta tierra: en la risa de un ser querido, en una deliciosa comida, en el sentimiento de pertenencia a las personas que te aman, en la belleza de un arcoíris. Pero ten en cuenta que esos momentos son solo una gota pequeñísima en el océano. Así que hoy, mientras renuevas tu esperanza, mira a tu alrededor y elige el gozo. Incluso si ese gozo se siente a medias y transitorio al mirar tu lista de problemas, anímate y cree: algún día, tu corazón estará abrumado y completo en el gozo plenamente realizado de nuestro Salvador.