Tu salud mental merece el mismo cuidado y atención que tu salud física. Atenderla se trata de reconocer sus necesidades únicas y desarrollar prácticas y hábitos para honrarlas. Esto puede parecer desafiante e incluso egoísta al principio, especialmente si no estás acostumbrado a satisfacer sus necesidades. Pero este es uno de los antídotos contra el estrés, la ansiedad, la depresión y el agotamiento, por lo que vale la pena practicarlo y dedicarte a ello.

Si te cuesta priorizar tu salud mental, prueba estos consejos y recuerda que la mejor manera de apoyar el bienestar de los demás es cuidándote primero a ti mismo.

1. Hazle frente al diálogo interno negativo

Lamentablemente, el mayor acosador al que nos enfrentamos la mayoría de nosotros nos está mirando directamente en el espejo. Fíjate cuando te estás castigando, interrumpe el pensamiento diciendo “detente” y luego di algo amable para ti mismo. Con el tiempo, tu voz interior más amable tendrá más poder.

1. Interrumpe pensamientos repetitivos

Ponerse en el peor de los escenarios puede parecer el modo por defecto de algunas personas. Y, aunque puede parecer la salida más fácil, recorrer escenarios catastróficos e hipotéticos es agotador y provoca ansiedad.

Sin embargo, el remedio de estar atrapado en un mar de pensamientos repetitivos es bastante accesible: mantenerse en el presente. Es por eso que la meditación puede ser tan útil, pues desarrolla el músculo de la concentración para que podamos re enfocar la mente cuando sea necesario.

1. Aprende a decir “no”

Tu tiempo es un recurso limitado y valioso. Si tratas de complacer a todos, no solo compras un boleto de ida al agotamiento, sino que también te niegas el placer de concentrarte en lo que realmente importa. Sé intencional con tu tiempo y con tus valores.

1. Alinéate con tus necesidades y respétalas

En esta era de alta conexión y sobre estimulación, es esencial comprobar con nosotros mismos cuando pasamos mucho tiempo frente a las pantallas, ya que podemos desconectarnos fácilmente de nuestro cuerpo y de lo que este necesita. ¿Tiene sed, hambre, anhelo de conexión o necesita un descanso? ¿Qué tipo de apoyo necesita en este momento? Presta atención a tus necesidades para tener un día a día más llevadero y pleno.

1. Pide ayuda cuando la necesites

Cuando la vida se pone difícil, es común la tendencia a retirarse, lo que puede conducir al aislamiento. Sin embargo, no estamos destinados a atravesar tiempos difíciles solos. Por ello, es importante buscar el apoyo de seres queridos de confianza y profesionales de la salud mental.

Así también, puedes recurrir a Dios a través de la oración. Él siempre estará ahí para escucharte, al igual que la Virgen María, quien con su manto redentor nos cubre y

da aliento. Ponerte en primer lugar no debe ser motivo para sentirte mal o sentir que te estás portando egoístamente. Recuerda que solo tenemos esta vida y debemos recorrerla de buena manera, con nuestra mente y corazón plenos.