La depresión no ocurre en el vacío: provoca un efecto dominó que afecta no solo a la persona que sufre la enfermedad, sino a todos los que la rodean. Los familiares y amigos a menudo se sienten impotentes, sin saber cómo acercarse o qué hacer para ayudar a ese ser querido que sufre.
En un escenario ideal, sería más fácil si la persona deprimida pudiera expresar sus necesidades, para que los amigos y familiares supieran exactamente qué decir y hacer. Sin embargo, sus habilidades para relacionarse se reducen significativamente. La comunicación se vuelve problemática porque a la persona le da vergüenza decir cómo se siente, anticipando el juicio.
Entonces, ¿cómo procede un miembro de la familia o un amigo con poca o ninguna dirección? Cada individuo es diferente en la forma en que maneja a la depresión, pero aquí hay algunas recomendaciones que puedes probar y que los empoderarán tanto a usted como a su ser querido hacia la recuperación y la esperanza:
1. Infórmate sobre la depresión y otros trastornos:
Es posible que no puedas curar a ese ser querido, pero sí puedes comprender mejor su condición informándote sobre la depresión o el tipo de trastorno que padece. Lo primero que debes entender es qué es la depresión precisamente. Leer sobre la enfermedad del ser querido te ayudará a sentir más en control de la situación y te dará más paciencia para tolerar los síntomas de la depresión, que casi siempre son confusos o frustrantes.
2. Haz preguntas y busca la causa raíz
La mejor manera de entender un tema es investigarlo como un periodista y hacer muchas preguntas. Lo más probable es que tu ser querido no brinde voluntariamente la información que necesitas, pues tiene miedo de que lo juzguen. Para saber mejor lo que está sucediendo, debes buscar la información. Aquí hay algunas preguntas para considerar:
- ¿Cuándo empezaste a sentirte mal por primera vez?
- ¿Puedes pensar en algo que pueda haberlo provocado?
- ¿Hay algo que te haga sentir mejor?
3. Ayúdalo a identificar y afrontar sus fuentes de estrés
No es ningún secreto que el estrés contribuye de manera significativa a la depresión. Además, este también interrumpe las estrategias de afrontamiento saludables, lo que hace que una persona sea más vulnerable a los cambios de humor. En este sentido, puedes ayudar a tu ser querido a identificar las fuentes de estrés en su vida y pensar en formas de reducirlo. Estos no tienen por qué ser cambios drásticos, pueden ser pequeños ajustes en su día a día, como emplear algunas técnicas de respiración profunda que pueden ayudar mucho a revertir los efectos perjudiciales del estrés.
4. Recuérdale que es fuerte
Suele suceder que cuando estás deprimido, no crees que eres digno de ser amado. Una forma de ayudar a tu ser querido a recuperarse y combatir la depresión es recordarle sus fortalezas. Para ello, utiliza ejemplos concretos, citando momentos en su vida que representan coraje, resistencia, compasión, integridad y perseverancia. Usa fotos, si las tienes, de logros en el pasado o victorias que reforzarán su confianza y lo alentarán por el camino de la curación.
5. Hazle sonreír, porque la risa ayuda y sana
Se ha comprobado que el humor puede ayudarnos a curarnos de varias enfermedades. Comparte con ese ser querido, trata de hacerlo reír ya que riendo parte de su miedo y pánico desaparecen.
6. Hazle saber que no siempre se sentirá así
“No siempre te sentirás así”, puede parecer una simple frase pero contiene el elemento curativo más poderoso de todos: la esperanza. Como amigo o miembro de una familia, el trabajo más difícil es lograr que tu ser querido vuelva a tener esperanza, es decir, que crea y sepa que mejorará. Una vez que su corazón lo crea, su mente y su cuerpo lo seguirán también.
No olvides recomendarle que busque ayuda profesional sin temor. Muchas veces las personas no recurren a terapias por ideas prejuiciosas o vergüenza. Recuerda que la depresión requiere de la ayuda de un profesional capacitado.