El confinamiento aún continúa y los sentimientos de desesperanza, confusión y cambios pueden maximizarse ante este escenario. Además, estar gran parte del día en casa puede significar también que la convivencia entre los miembros de la familia se vea mellada por este sube y baja de emociones. Sin embargo, antes de dejar que se produzcan conflictos o fricciones difíciles de manejar con nuestros seres queridos, les ofrecemos algunas recomendaciones para reforzar ese vínculo especial con ellos, y mantener una convivencia sana:
• Fortalecer el diálogo: la comunicación es clave, así como entender que las diferencias entre los miembros de la familia no es algo negativo, sino una oportunidad para conocer más del otro.
• Organizar el día a día: cada uno debe cumplir un rol, de modo que las tareas del hogar se repartan equitativamente.
• Compartir con los demás: pasar tiempo de calidad con nuestros seres queridos nos hará mantener la esperanza y una actitud positiva.
• Reflexionar sobre el panorama: es importante también tener un tiempo para nosotros mismos y reflexionar sobre la bendición que representa tener junta a la familia.
• Plantear un espacio de comunicación: para comentar o sugerir cambios que puedan beneficiar la convivencia, y con los que todos estén de acuerdo.
• Orar por los seres queridos que han fallecido: sabemos que muchas familias han pasado por la pérdida de un familiar en esta época, y el no tenerlo cerca puede generar desesperanza. Reforcemos nuestra fe en Dios, que él nos brindará la fortaleza que necesitamos.
Finalmente, hay que recordar que somos humanos y, como cualquiera, podemos cometer errores y caer en conflictos con quienes amamos. Pero tengamos en cuenta que el amor por nuestra familia es incondicional. Sigamos orando por ellos y pidiendo al Señor que los cuide siempre.