De la salud mental poco o nada se conversaba en nuestro país, sin embargo, a partir de lo acontecido desde marzo del año pasado, ahora parece ser que la salud mental y cómo cuidarla está en boca de todos. A lo largo, pues, de este año desde que comenzó la pandemia, y con ella el confinamiento, hemos visto y vivido los peores escenarios que nos hubiésemos imaginado, experimentando dolor, muerte, desesperanza, y soledad. No es extraño, entonces, que nuestro bienestar se haya visto afectado, tanto física como mentalmente. 

 

Nuestra mente no deja de preguntarse y sobre pensar, buscando desesperadamente respuestas todo el tiempo. Lo cual, finalmente, nos lleva al cansancio mental y desánimo, que afectan, queramos o no, a nuestra vida diaria. ¿Cómo podemos sobrellevar estas emociones y buscar nuestro bienestar mental? Con fe y poniéndonos en la mano de Dios: 



  • Comunícate: cuando empieces a sentirte ansioso, analizando todo, cuestionándote el porqué de situaciones que escapan de tu poder, toma la mano de Dios, conversa con él y cuéntale cómo te sientes. También puedes escribirle una carta para que traslades tus pensamientos a algo más concreto, y tu mente se sienta más ligera.



  • Aléjate de lo que te quita paz: sin temor alguno, toma distancia de aquello que te quita tranquilidad y no aporta a tu vida, ya sea una persona, un objeto, o una situación. Refúgiate en Jesucristo, quien incondicionalmente siempre estará ahí para ti.



  • Deja a un lado la soberbia: muchas veces creemos que lo podemos controlar todo, pero no es así. El único todopoderoso es Dios, quien nos guía por los caminos de la vida y tiene un plan de amor para cada uno de nosotros. Confiemos en su sabiduría y en sus designios. Si algo está pasando, que no logramos comprender, confiemos que el Señor siempre quiere lo mejor para nosotros y pidámosle que acreciente nuestra fe.
Descansemos nuestra mente, apoyémonos en Dios, esforcémonos todos los días para tomar su mano y caminar junto con Él en este sendero llamado vida. No estás solo.