Si enumeramos todo lo que nos hace sentir decepcionados en este momento, probablemente la lista sería muy larga. Las decepciones van desde cosas pequeñas como una vajilla rota, una tubería que no funciona bien o un automóvil que se malogra, a cosas más difíciles de sobrellevar: infertilidad, un trabajo sin futuro, o conflictos familiares, etc.. Agrega a ello una pandemia global y la decepción abunda. Es difícil vivir en este mundo sin sentirnos decepcionados por algo.

¿Debería sorprendernos esta emoción? La Biblia dice que no. En cambio, nos recuerda en qué tipo de mundo vivimos. ¿Alguien cree que vivimos en una fantasía? Vivimos en un mundo afectado por el pecado.

Dios en su infinita misericordia y amor hacia nosotros trata de que no suframos por cosas banales que nos suceden en este mundo terrenal, en cambio, nos demuestra por medio de su creación todo el amor que nos tiene reservado. Él, quien fue capaz de entregar a su hijo para redimirnos del pecado, nos enseña por medio de su palabra que no hay dolor que dure mucho tiempo, pues si dejamos las cosas en sus manos, nuestras tristezas serán pasajeras y nuestra angustia terminará porque Él así lo ha prometido.

Dios nos promete un propósito

El Salmo 34, 10 nos dice: “Los leoncillos padecen miseria y hambre, pero a los que buscan al Señor no les falta ningún bien.” ¿Qué quiere decir esto? A los que buscan a Dios, queriendo conocerlo más, no les faltará nada bueno. Esto significa que, si algo es bueno para ti, Dios te lo dará. Sin embargo, la otra cara de la moneda es difícil de asimilar. Si no tienes algo en este momento que realmente deseas, es posible que en realidad no sea lo que necesitas en este momento.

Romanos 8, 28 dice: “En todas las cosas, Dios obra para el bien de los que lo aman, esto es, de los que conforme a su propósito han sido llamados.” Si Dios nos creó a su imagen y semejanza, debe saber mucho mejor que nosotros lo que nos espera. Lejos de olvidarte, su plan y visión para tu vida son mucho más grandes de lo que se te ocurre.

Dios nos promete su presencia

El Salmo 34 nos dice que el Señor está cerca de los quebrantados de corazón. Esto significa que no solo está ahí cuando las cosas van realmente bien. Dios promete estar con nosotros, caminando juntos en nuestra desilusión. Está presente en todas las cosas alegres y también en las difíciles.

Cuando pones tu fe en Jesús, estás unido a él y su presencia está contigo. Él está en ti y tú estás en él, por ello, cuando las cosas duelan, ve a Jesús. Él no te ha olvidado y jamás te dejará.

Este mundo no es nuestro hogar

En la vida vamos a pasar por momentos complicados, pero debemos tener presente que Dios nunca nos abandonará y mientras más nos refugiemos en su palabra y renovemos nuestra fe, la angustia será menos pesada, pues nuestro señor se encargará de aminorar el dolor y librarnos poco a poco de esa cruz que cargamos a cuestas pues él jamás querrá que nosotros sus hijos suframos.

La mejor manera de recordar las promesas de Dios a través de la desilusión es memorizar su Palabra. Cuanto más sepa acerca de lo que Dios dice, menos lo sacudirán las pruebas en esta vida.