El ejercicio no se trata solo de capacidad aeróbica y tamaño muscular. Claro, el ejercicio puede mejorar su salud física y su físico, reducir el tamaño de su cintura e incluso agregar años a su vida, pero eso no es lo que motiva a la mayoría de las personas a mantenerse activas.
Quienes hacen ejercicio regularmente tienden a hacerlo porque les da una enorme sensación de bienestar. Se sienten con más energía durante el día, duermen mejor por la noche, tienen una memoria más nítida y se sienten más relajados y positivos acerca de sí mismos y de sus vidas. El ejercicio, además, es una poderosa medicina para muchos problemas comunes de salud mental.
El ejercicio regular puede tener un impacto profundamente positivo en la depresión, la ansiedad y el TDAH. También alivia el estrés, mejora la memoria, ayuda a dormir y mejora el estado de ánimo en general. Las investigaciones indican que cantidades modestas de ejercicio pueden marcar una diferencia real. Independientemente de tu edad o condición física, puedes usar el ejercicio como una herramienta poderosa para lidiar con problemas de salud mental, aumentar tu energía y perspectiva, y sacar más provecho de la vida.
Por ejemplo, se ha demostrado que el ejercicio es un poderoso luchador contra la depresión por varias razones. Lo que es más importante, promueve todo tipo de cambios en el cerebro, incluido el crecimiento neuronal, la reducción de la inflamación y nuevos patrones de actividad que promueven sentimientos de calma y bienestar. También libera endorfinas, sustancias químicas poderosas en tu cerebro que energizan tu espíritu y te hacen sentir bien. Así también, el ejercicio puede servir como una distracción, permitiéndote encontrar un momento de tranquilidad para salir del ciclo de pensamientos negativos que alimentan la depresión.
Por otro lado, el ejercicio es un tratamiento ansiolítico natural y eficaz. Alivia la tensión y el estrés, aumenta la energía física y mental, y mejora el bienestar a través de la liberación de endorfinas. Cualquier cosa que te haga moverte puede ayudar, pero obtendrás un mayor beneficio si prestas atención en lugar de distraerte.
Intenta notar la sensación de tus pies golpeando el suelo, por ejemplo, o el ritmo de tu respiración, o la sensación del viento sobre tu piel. Al agregar este elemento de atención plena, enfocándote realmente en tu cuerpo y cómo se siente mientras hace ejercicio, no solo mejorarás tu condición física más rápido, sino que también podrás interrumpir el flujo de preocupaciones constantes que pasan por tu cabeza.
Al igual, ¿alguna vez has notado cómo se siente tu cuerpo cuando estás bajo estrés? Tus músculos pueden estar tensos, especialmente en tu cara, cuello y hombros, dejándote con dolor de espalda, cuello, o dolores de cabeza. Es posible que sientas una opresión en el pecho, un pulso acelerado o calambres musculares. La preocupación y la incomodidad de todos estos síntomas físicos pueden, a su vez, generar aún más estrés, creando un círculo vicioso entre la mente y el cuerpo.
Hacer ejercicio es una forma efectiva de romper este ciclo. Además de liberar endorfinas en el cerebro, la actividad física ayuda a relajar los músculos y aliviar la tensión en el cuerpo. Dado que el cuerpo y la mente están estrechamente vinculados, cuando tu cuerpo se sienta mejor, también lo hará tu mente.
Incluso si no padeces algún problema de salud mental, la actividad física regular puede ofrecer un impulso bienvenido a tu estado de ánimo, perspectiva y bienestar mental.
El ejercicio puede ayudar a proporcionar:
Memoria y pensamiento más nítidos: las mismas endorfinas que te hacen sentir mejor también ayudan a concentrarte y sentirte mentalmente listo para las tareas que tienes entre manos. El ejercicio también estimula el crecimiento de nuevas células cerebrales y ayuda a prevenir el declive relacionado con la edad.
Mayor autoestima: la actividad regular es una inversión en tu mente, cuerpo y alma. Cuando se convierte en un hábito, puede fomentar tu sentido de autoestima y hacerte sentir fuerte y poderoso. Te sentirás mejor con tu apariencia y, al alcanzar incluso metas pequeñas de ejercicio, sentirás una sensación de logro.
Dormirás mejor: incluso breves ráfagas de ejercicio por la mañana o por la tarde pueden ayudar a mejorar tus patrones de sueño. Si prefieres hacer ejercicio por la noche, los ejercicios relajantes como el yoga o los estiramientos suaves pueden ayudar a promover el sueño.
Tendrás más energía: aumentar tu frecuencia cardíaca varias veces a la semana te dará más energía para ponerte en marcha. Comienza con solo unos minutos de ejercicio por día y aumenta tu entrenamiento a medida que te sientas con más energía.
Finalmente, no necesitas dedicar horas de tu ajetreado día a entrenar en el gimnasio, sudar o correr milla tras milla para cosechar todos los beneficios para la salud física y mental del ejercicio. Solo 30 minutos de ejercicio moderado cinco veces a la semana es suficiente. Estos consejos pueden ayudarte a encontrar actividades que disfrutes para que comiences a sentirte mejor, verte mejor y sacar más provecho de la vida