El Día de la Madre es una celebración muy importante para nosotros en donde damos gracias a Dios por el don de nuestras madres, y porque nos regaló también a nuestra madre del Cielo a la Virgen María, por ello también en ese día podemos dirigir nuestra mirada hacia Ella. María, la madre de Jesús, es la más grande de todas las madres. La maternidad siempre ha sido una vocación hermosa, noble y no exenta de dificultades, pero María la elevó a una estatura aún mayor, cuando se convirtió en la Madre de Dios. Ella, la "bendita entre las mujeres" (Lc 1, 42), nos da la imagen más clara e inspiradora de modelo de maternidad y de vida cristiana, es una guía segura y compañía para toda madre y para todos nosotros.
El ejemplo de Santa María
“¿Qué podemos aprender de Ella?” uno podría preguntarse. Aunque en la Biblia se menciona muy pocas frases a nuestra Madre, de ella podemos aprender a cómo vivir nuestra maternidad según la voluntad de Dios:
- Pidamos a Dios que nos ilumine en nuestro caminar ( Lucas 1,34 )
- Digamos “sí” a Dios (Lucas 1, 38)
- Demos testimonio de Dios con nuestras acciones (Lucas 1, 46-55)
- Seamos atentos a las necesidades de los demás (Juan 2, 2-5)
Como nuestra Madre espiritual, María está siempre dispuesta a ayudarnos. Ella da el ejemplo de amor y fidelidad a Dios. Intercede por nosotros en la oración y nos concede la gracia que Dios le permite. No solo les dijo a los servidores en el banquete de bodas que “hagan lo que él les diga”, sino que también nos recuerda que sigamos su consejo. Ella conoce a su Hijo, sabe quién es Él. Ella estaba allí, por lo que ¿quién mejor para ayudarnos como nuestra Madre espiritual?
Jesús nos ofrece a su madre
“¡Aquí tienes a tu madre!” Jesús le dijo al discípulo al pie de la Cruz. (Juan 19, 27) Durante esos momentos finales de la vida de Jesús, Él nos dio el don precioso de su madre. Como sus hijos, tenemos en María , un ejemplo de dulzura y amor incondicional hacia nosotros, alguien a quien acudir y que siempre estará dispuesta a escucharnos y a interceder por nuestras necesidades.
Especialmente las mamás pueden encontrar en ella un refugio seguro, y pedirle que nos acompañe siempre, incluso en los gestos sencillos de nuestra vida, como cuando nos unimos en familia alrededor de la mesa en una conversación cotidiana, cuando con disposición ayúdamos a los hijos pequeños a vendar un dedo por un pequeño golpe, cuando abrazamos y brindamos afectos a nuestros seres queridos, y de manera especial cuando vivimos momentos difíciles en el que, como ella, debemos ponernos de pie ante la cruz. Es así pues que las madres pueden encontrar en María, no solo un modelo, sino una compañía segura en su caminar.
María vela por nuestras necesidades
En la historia de las bodas de Caná, leemos que María le dice a Jesús: “No tienen vino.” (Juan 2, 3) Cuando ampliamos nuestra interpretación de esa referencia, vemos a nuestra Madre llevando hacia Jesús nuestras necesidades y deseos, que muchas veces incluyen:
- Consuelo y aliento.
- Confianza en que Dios siempre querrá lo mejor para nosotros.
- Cumplir la voluntad de Dios siempre nos traerá dicha y felicidad.
María es el camino más cercano para llegar a Dios. Sabemos que ella siempre intercederá por nosotros y que pondrá nuestras necesidades en las manos de su Hijo. Recurramos a ella para pedir a Dios por nuestras intenciones.
“Haced lo que Él les diga”
Así, luego de haber reflexionado como Santa María es modelo de vida cristiana y especialmente un modelo seguro para todas las madres. Prestemos atención a estas palabras que pronuncia en las Bodas de Caná: “Haced lo que Él os diga”. Estas palabras sencillas, que nos interpelan a lo más profundo del corazón, a que confiemos en Dios y cumplamos su voluntad. Especialmente pidamos hoy por todas las madres, para que por intercesión de Santa María, reciban la bendición de Dios, para que su vocación a la maternidad sea siempre un sí a Dios y especialmente pidamos por las que están viviendo momentos difíciles y de dolor, para que el Señor les otorgue consuelo y esperanza.
Mientras celebramos el Día de la Madre, honremos a todas las madres siguiendo el testimonio de Santa María.