La pandemia ocasionada por el COVID-19 ha cobrado millones de vidas, muchas de ellas, madres, padres, tías, tíos y abuelos, adultos que han dejado atrás a niños en duelo. Probablemente, con el pasar del tiempo, muchos más niños perderán a sus seres queridos. ¿Cómo podemos ayudarlos a enfrentar la enfermedad y la muerte? A continuación te compartimos una guía para saber cómo apoyar a los niños cuando muere un ser querido.

Sé transparente

Puede ser difícil saber cuánto compartir con los niños cuando se atraviesa la enfermedad o la partida de un ser querido. Queremos prepararlos para lo que pueda suceder, pero no queremos aterrorizarlos innecesariamente. Sin embargo, si un miembro de la familia o un amigo se enferma gravemente, es mejor ser honesto acerca de lo que está pasando, incluso si no sabe exactamente cómo se desarrollarán las cosas. Es una buena idea, por ejemplo, decirles a tus hijos que la abuela tiene coronavirus y que, aunque muchas personas están tratando de ayudarla, no se sabe si mejorará.

Esta honestidad puede ir en contra de tus instintos protectores, pero cuando compartimos nuestros sentimientos y vulnerabilidad con los niños, esta honestidad les genera confianza, por lo cual les resulta más fácil abrirse sobre lo que les preocupa.

Explica la muerte

Si un ser querido muere, es mejor evitar los eufemismos. Si les dices a los niños que el abuelo solo está durmiendo o que se ha ido a otro lugar, es posible que sigan creyendo que el abuelo regresará o que eventualmente se despertará, y no procesarán lo que sucedió.

Es recomendable decirles que el ser querido falleció y luego asegurarnos de que comprendan realmente el significado de la muerte. Se les puede guiar explicando que una vez alguien muere, no puede regresar y su cuerpo deja de funcionar. Esto para que diferencien lo que significa estar vivo de muerto.

Apóyalo en su duelo

Los niños a menudo sufren de manera diferente a los adultos, y en un horario diferente. Es posible que se sientan molestos durante unos minutos y luego se vean totalmente bien, después, unas horas más tarde, se sientan tristes de nuevo. No obstante, aunque se lamentan profundamente, no se aferran a esos sentimientos para siempre. Además, es posible que los niños no lloren tanto después de haber perdido a un familiar al que rara vez veían, y eso está bien. Esto no significa que no los amaran.

Si sientes que tu hijo está haciendo cosas para evitar involucrarse con su dolor, negándose a hablar sobre el abuelo o las memorias que tiene con él, la terapia puede ser útil. Comuníquese con su pediatra, un terapeuta infantil o un consejero de duelo para obtener recomendaciones.

Finalmente, durante el duelo, los niños pueden beneficiarse de seguir una rutina en su hogar. Esto puede resultar complicado durante una pandemia, y especialmente después de la

muerte de un ser querido, pero una rutina puede brindarles a los pequeños una sensación de control y la seguridad de que todo va a estar bien. Esto les indicará que a pesar de que la situación es difícil, la vida continuará.