La Cuaresma es el tiempo de espera y preparación espiritual hasta el Domingo de Resurrección, siendo un espacio de reflexión e introspección para cada creyente católico. Y en estos tiempos, más que nunca, es cuando debemos refugiarnos en la espiritualidad y la luz de Dios para hacernos más fuertes. Aunque probablemente pasemos este tiempo de Cuaresma enteramente en nuestros hogares, esto no quiere decir que dejemos de lado nuestras prácticas religiosas, más bien hay que tomarlo como una oportunidad para reunir a la familia y sacar lo mejor de cada uno. Aquí les ofrecemos algunos temas sobre los que reflexionar en esta época:

  • Los designios de Dios: debemos entender que Cristo siempre guía nuestros caminos hacia buen puerto, y que nada acontece sin que Él lo permita y tenga un designio de salvación para ello. Confiemos en Dios, pues sin su gracia no somos nada.
  • Seamos obedientes: en una situación como la que estamos atravesando, es necesario que seamos obedientes, confiando en las autoridades y encomendándonos a Dios. Es fundamental dejar nuestro ego de lado, y pensar en el bien común y nuestro prójimo, que es lo que quisiera Jesús.
  • Realicemos sacrificios: renunciemos a aquello que no nos trae nada positivo, a esos sentimientos negativos, y a aquello que nos distancia de comprender el verdadero significado del amor.

 

Así pues, vivamos esta Cuaresma como un tiempo de penitencia y reflexión sobre nuestros actos, el cual nos ayudará a mejorar como personas y crecer espiritualmente. Preparémonos para vivir junto con Cristo el sacrificio por amor que dio una nueva oportunidad a todos sus hijos.